Tokio

Ya os expliqué que Japón había sido el primer país al que viajé de Asia y desde entonces se había convertido en mi destino favorito, pero después de recorrer prácticamente todo el continente y visitar otros países que me han encantado como Tailandia, Indonesia o Corea del Sur, estaba intrigado por como vería Japón de nuevo.

Esta duda se disipó nada más llegar a la isla. Recuerdo que al desembarcar del ferry en Fukuoka y salir a la calle se me grabó una sonrisa en la cara que fui incapaz de borrarme en todo el día. Creo que nunca me había pasado algo así, tenía que contener mi cara de felicidad intentando ponerme serio porque realmente parecía un niño en Disneylandia, pero porqué esa emoción? es difícil de explicar, es el ambiente y los pequeños detalles que lo hacen un lugar inconfundible, es subir al autobús y que el conductor sea una mujer que lleva guantes blancos, mascarilla y va anunciando las paradas por un micrófono con voz baja y amable, en el que las calles están limpísimas, todo el mundo es increíblemente educado e incluso el poder hablar algo de japonés de nuevo. Sea como fuere me invadió una sensación de felicidad que perduró durante toda mi estancia en el país.

Y si Japón se reafirmaba como my destino favorito, mi ciudad predilecta es sin duda Tokio, la ciudad más grande y poblada del mundo, donde puedes encontrar enormes y ruidosas avenidas repletas de carteles multicolores, luces de neón, pantallas emitiendo anuncios a todo volumen y miles de personas yendo de un lado a otro, pero al mismo tiempo también hay preciosos parques en los que estirarte sobre la hierba, hacer deporte o simplemente contemplar la naturaleza, tranquilos templos a la sombra de rascacielos, callejones repletos de pequeñas boutiques de ropa alternativa, bares minúsculos en los que no caben más de cinco personas, restaurantes de lujo apilados bajo vías de tren, zonas futurístas y zonas con edificios de madera que parecen sacados de la edad media, en definitiva Tokio es una ciudad en la que encuentras de todo y para todos los gustos.

Suele tener la imagen de una ciudad estresante y ruidosa, pero es una ciudad increíblemente limpia, segura y mucho más silenciosa de lo que la gente espera. Una vez sales de las calles más comerciales es sorprendente el silencio que reina, en general los japoneses tanto en la calle como en restaurantes hablan bajo, sin molestar a nadie y eso se hace especialmente patente en el transporte público donde prácticamente todo el mundo esta concentrado con su móvil o aprovechando el trayecto para dormir, con lo que el metro suele estar en absoluto silencio.

Es ese ambiente tan respetuoso y educado una de las cosas que más me gustan de la ciudad, una actitud que se contagia y que te hace querer ser más cívico y respetuoso con los demás.

Algo que llama mucho la atención al visitar Tokio es esa sensación de estar en una ciudad moderna. En Europa creo que tenemos esa cierta idea de que las grandes ciudades estan deshumanizadas, que comportan peor calidad de vida y que si crecemos mucho perderemos nuetra historia y nuestros valores, quizás por eso estamos tan obsesionados por mantener el legado de todo lo que refleja el esplendor del pasado en vez en cocentrarnos en el presente. Y no lo digo como una crítica, simplemente son diferentes conceptos de ciudad, no cambiaría los barrios antiguos de Barcelona, París o Roma por nada del mundo, pero si es cierto que en Europa tampoco tenemos ninguna gran ciudad con miras de futuro, creo que ni siquiera Londres llega al nivel de desarrollo urbanístico de muchas ciudades asiáticas que hasta hace poco ni siquiera eran consideradas parte del primer mundo. En Tokio se tiene la sensación de estar viviendo en el mañana, cosas como ir a un restaurante y que cada mesa tenga una pequeña pantalla táctil donde hacer el pedido, poder hacer pagos con la pantalla del móvil, que puedas conectarte a redes wifi en cualquier parte de la ciudad o el avanzado nivel tecnológico de los electrodomésticos y aparatos de uso cotidiano, son solo algunos ejemplos. En definitiva se tiene la sensación de que la tecnología y el desarrollo urbanístico están en función de las necesidades de la población, para hacer la vida más fácil, sin tantas restricciones estéticas como tenemos aquí y sin embargo es una ciudad preciosa y agradable.

Ahora mismo una de las mayores preocupaciones para el viajero que piensa en ir a Japón es el peligro de la radiación y los estragos que causaron los terremotos y el tsunami de principios de año. El tema de la radiación realmente no es algo que se perciba, así que hay que confiar en las mediciones que hace el gobierno y que garantizan la seguridad para la salud en todo el país al margen del perímetro de seguridad alrededor de la central nuclear, además lo más al norte que he estado en este viaje es Tokyo y está a unos 240 km de Fukushima. El tema de los alimentos también esta en principio muy controlado y en cuanto a cortes de luz o ver desperfectos o algún resto del terremoto, yo no he percibido absolutamente nada en ninguna de las zonas que he visitado, así que os animo a que viajéis a Tokio sin miedo ya que dudo  mucho que notéis alguna diferencia entre viajar ahora o hace dos años. 

Pero si bien Japón es uno de los países más desarrollados del planeta y por ese motivo lo vemos como más cercano al mundo occidental, creo que culturalmente sigue siendo el más alejado. Cómo funciona todo, cómo actúa la gente y la manera en que se relacionan entre si, así como las tradiciones y la etiqueta, son muy distintas a las que tenemos en Occidente. En España solemos valorar la honestidad, el decir las cosas claras y a la cara, o incluso discutir acaloradamente y sacar todos los trapos sucios para así resolver una situación, pero en la mayoría de culturas asiáticas y sobretodo en Japón lo más importante es mantener las apariencias, la compostura y evitar enfrentamientos directos, eso se traduce en que muchas veces no acabas de saber si lo que te dicen es cierto o qué será lo que están pensando en realidad. Hay gente que lo tacharía de falsedad, pero estando allí se aprecia que la gente mantenga los modales en todas las situaciones, el hecho de que siempre sean amables y hablen de forma educada hace que todo sea mucho más agradable, al menos de puertas para afuera. 

De todas formas ese cierto exotismo o desafío cultural, es también una de las cosas que más me fascinan y me atraen de Japón.














Así que animaos y viajad a Japón si tenéis ocasión, es una país precioso en cualquier época del año, fácil y cómodo de viajar como ninguno otro y al mismo tiempo interesante y con una cultura única, donde se come muy bien, la gente es encantadora y donde hay muchísimo que ver. Es cierto que no es un destino barato, pero estoy seguro de que si lo visitáis os dejará marcados como me dejó a mi. Yo estoy absolutamente enamorado de Japón y aunque hace solo 2 meses que estuve allí ya estoy pensando en cuando podré volver de nuevo.

Hasta aquí llegó este viaje de 3 meses y medio que me llevó a través de 6 países de Asia y cuyo balance ya os expliqué en esta entrada. Yo lo disfruté muchísimo, espero que vosotr@s también lo hayáis hecho acompañándome. 
Que tengáis unas felices fiestas y un próspero año nuevo! 
En dos días publico el primer vídeo del viaje así que no dejéis de visitar el blog ;)