Escala en Berlin, escala en Abu Dhabi, dos días en Bangkok y despertarme a las 4 de la mañana, coger una furgoneta en un Khaosan desierto, coger otro avión y finalmente llegar a Colombo a las 9 de la mañana (hora local). Sonaba a demasiado trote antes de empezar el viaje pero ahí estaba yo recién llegado al aeropuerto, lleno de energía y con muchas ganas de empezar a descubrir Sri Lanka. No tenía nada planeado y no estaba seguro de donde ir, ya que había comprado el billete con solo 1 semana de antelación y la guía la tarde anterior en Bangkok, pero lo primero era llegar al centro de la ciudad.
Había hecho el visado online y el control y demás trámites fueron como la seda. Saqué rupias directamente del cajero automático y esquivando a la jauría de taxistas a la caza de turistas despistados me encaminé a coger el shuttle bus gratuito hasta la estación de autobuses. Desde allí debía coger el bus 187 para ir al centro de Colombo, le pregunté al conductor y me señaló un autobús azul "this one, the blue bus!" tenía el cartel del 187 así que yo y un par de extranjeros más subimos. Al poco de arrancar empezé a sospechar que algo raro había ya que los cristales estaban tintados, el autobús era bastante pequeño y había un tío que controlaba la puerta abriéndola y cerrándola todo el rato. Al poco me di cuenta de que adelantábamos a otro autobús 187 mucho más grande y nuevo y que íbamos adelantando continuamente a otros autobúses oficiales a los que les robábamos clientes, presumiblemente a menor precio? Mientras me llevara a Colombo ya me estaba bien pero sentía que por el cansancio del viaje me había dejado timar solo bajar del avión. Más tarde descubrí que ese tipo de autobuses más pequeños con los que tienen aire acondicionado y llevan los cristales tintados y las cortinas corridas para evitar que entre el sol, pero el aire es insuficiente y son mucho peores que los normales, pero no adelantemos acontecimientos, ya hablaremos de eso más adelante.
Hacía un calor espantoso y el autobús fue a reventar la mayor parte del trayecto, aunque yo iba sentado tenía un hombre con medio cuerpo encima mío y otro pisándome los pies todo el rato, cuando miraba hacia el lado podía ver cucarachas correteando por los asientos contiguos.
En recorrer los 30 km que separan el aeropuerto de la ciudad tardamos nada más y nada menos que 3 horas y al llegar a la última parada solo quedábamos los extranjeros. Primero le pagaron unos polacos a los que les cobraron 300 Rs y al pagar yo con un billete de 500 le dije que me cobrara 100 como a los locales pero me dijo que no tenía cambio "sorry, sorry" yo ya estaba en la calle con la mochila así que cuando vi que el autobús arrancaba de nuevo bloqueé la puerta con la mochila y salté dentro del autobús otra vez mientras los polacos se quedaron fuera mirando atónitos. Fue algo impulsivo pero ya estaba viendo que esto iba a ser como en la India, que si te dejas te pasan por encima. Lo sorprendente fue que al verme el chico empezó a reírse y después de ir a una tienda a pedir cambio, estuvimos hablando y eran unos tíos muy majos, incluso dieron toda una vuelta de 15 minutos con un tráfico tremendo para dejarme en la puerta de la estación de trenes otra vez.
En recorrer los 30 km que separan el aeropuerto de la ciudad tardamos nada más y nada menos que 3 horas y al llegar a la última parada solo quedábamos los extranjeros. Primero le pagaron unos polacos a los que les cobraron 300 Rs y al pagar yo con un billete de 500 le dije que me cobrara 100 como a los locales pero me dijo que no tenía cambio "sorry, sorry" yo ya estaba en la calle con la mochila así que cuando vi que el autobús arrancaba de nuevo bloqueé la puerta con la mochila y salté dentro del autobús otra vez mientras los polacos se quedaron fuera mirando atónitos. Fue algo impulsivo pero ya estaba viendo que esto iba a ser como en la India, que si te dejas te pasan por encima. Lo sorprendente fue que al verme el chico empezó a reírse y después de ir a una tienda a pedir cambio, estuvimos hablando y eran unos tíos muy majos, incluso dieron toda una vuelta de 15 minutos con un tráfico tremendo para dejarme en la puerta de la estación de trenes otra vez.
Realmente no tenía ni idea de qué hacer, no había planeado nada, si quedarme en la capital Colombo o ir a algún otro sitio solo llegar, pero al preguntar en la estación me dijeron que el próximo tren hacía Anuradhapura salía a las 13:40 y ya eran las 13:00, así que decidí pegarme el palizón de 4 horas de tren el primer día y así el segundo ya estaría en marcha. Total que el tren finalmente se retrasó hasta las 14:20 y ya muerto de cansancio me agolpé con el resto de la gente en el andén esperando subir al tren cuando llegara, pero cual fue mi sorpensa cuando antes de que parara, la gente empezó a empujarse y a tirar cosas dentro del tren, incluso vi bebés pasando de brazo en brazo colándose por las ventanillas! Yo me encaminé hacia la puerta abriéndome paso entre la gente, pero todo el mundo empujaba para subir sin dejar salir a los demás, total que cuando entré en el vagón no solo todos los asientos ya estaban ocupados sino que los pasillos ya estaban llenos de gente. Buscando conseguí encontrar al menos un hueco donde dejar la mochila y con un agobio impresionante y la falta de sueño empezando a hacer mella, me fui hasta la puerta para que me diera un poco de aire fresco.
Allí me quedé, apoyado un rato esperando que se me pasara el sofocón y cuando el tren arrancó me senté en el suelo, hastiado, entre dos hombres que me miraban con cara de lástima y sus maletas, pero al asomarme fuera vi que había un montón de gente colgando del tren, algunos sentados y otros solo sujetos por los barrotes con el cuerpo totalmente fuera, así que me senté en el borde del tren y allí me quedé todo el viaje.
Allí me quedé, apoyado un rato esperando que se me pasara el sofocón y cuando el tren arrancó me senté en el suelo, hastiado, entre dos hombres que me miraban con cara de lástima y sus maletas, pero al asomarme fuera vi que había un montón de gente colgando del tren, algunos sentados y otros solo sujetos por los barrotes con el cuerpo totalmente fuera, así que me senté en el borde del tren y allí me quedé todo el viaje.
Con los pies colgando, con el viento en la cara, pasando a toda velocidad entre pueblos, campos, bosques, puentes y túneles, rodeado de gente que se acercaba a charlar a cada rato, fue un viaje genial, me sentí más vivo que nunca y lleno de optimismo, no solo las horas me pasaron volando sino que fue mucho mejor que si me hubiese quedado sentado en uno de esos asientos plastificados de los vagones.
Al final llegué a mi destino a las 19:30, ya de noche, con el cuerpo acartonado y las energías justas para buscar un hotel, cenar y desplomarme en la cama. En ese primer día no había visto nada, ni había hecho nada, pero había hablado con mucha gente, todos muy amables, interesándose sobre quién era, de donde venía y ansiosos por hablarme de su país y su cultura. Pero nadie me había pedido nada después, ni intentando convencerme de que fuera a su hotel o contratara el tour de su amigo, que extraño, yo que venía mentalizado para lo peor, algo no cuadraba ¿habría llegado con una imagen equivocada sobre Sri Lanka? estaba dispuesto a dejarme sorprender.
Me encantaría ser tu en este momento! Disfruta del viaje y dejate sorprender! :) Buena suerte!
ResponderEliminarMenudo palizón para el primer día. Esas cosas te dejan reventado y no tardas ni un segundo en caer dormido cuando llegas al hotel.
ResponderEliminarUn saludo.