En Primer lugar daros las gracias a todos, puesto que ya hemos llegado a las 10.000 visitas! muchas gracias a todos, con tantas visitas a ver si hay mas comentarios... En segundo lugar decir que esta siendo complicado actualizar desde aqui asi que un poquito de paciencia y perdon por no poder escribir correctamente. Ahora si a leer!
Después de pasar unos días en Bangkok, con golpe de estado de los camisetas rojas de por medio, nos despedimos definitivamente de Tailandía y empezamos la que será la última etapa de este viaje.
La primera impresion es que todo es un verdadero caos, es como si uno imaginase como seria el mundo sin ningun tipo de norma, donde todos se pisaran unos a otro para salir adelante, sin pensar en nadie, cada uno por su lado, eso es la India. Gente cagando en medio de la calle, todo lleno de basura, tullidos y ninyos pidiendo dinero en cada esquina, ruido constante, falta total de educacion hacia los demas. A decir verdad con todo lo nos habian contado, los transportes de la India estan muy muy bien, hemos viajado en tren en la clase mas barata con los propios indios y se va bien, tambien los autobuses, tanto los deluxe para turistas como los locales, son bastante aceptables, la comida es muy buena y barata y los alojamientos, la verdad es que aun estamos sorprendidos, estamos encontrando los mejores hoteles del viaje aqui. Pero lo que si nos choco al principio fue la gente, lo distinta que es respecto a China, Tailandia o Myanmar. En muchos sitios hemos encontrado pobreza y gente muy humilde, pero a pesar de todo la mayoria de las personas que habiamos encontrado nos sorprendian al recibirnos con los brazos abiertos y con buenas intenciones, en cambio aqui hemos conocido la gente mas rastrera, mezquina y mentirosa hasta la fecha, todo para sacarte dinero. Si en tailandia te intentaban exprimir como a un limon, aqui te exprimen, se beben el zumo, licuan la piel y venden las pepitas al mejor postor. Sinceramente te encuentras con timos y camelos a cada paso y al final la unica forma de sobrevivir es ser despiadado, borde y antipatico y llega un punto en el que uno se pregunta si puede gustar un lugar que te obliga a ser algo que no te gusta. La respuesta es que a pesar de todo, si.
Suele decirse que la India causa un rechazo repentino o enamora para siempre, en nuestro caso quizas no fue un amor a primera vista pero poco a poco vamos tomandole el ritmo y cogiendole carinyo. Lo mejor quizas sea su capacidad para soprender constantemente, agradable o desagradable, puedes encontrar algo que te emociona para al momento ver algo detestable y cinco minutos despues volver a emocionarte, si hay algo cierto es que no te deja indiferente.
Seria muy injusto meterlos a todos en el mismo saco porque hemos encontrado a mucha gente encantadora y simpatica y hay muchas otras cosas que destacar, como los ninyos que te miran con sus enormes ojos curiosos, las mujeres con los preciosos y coloridos saris o los imponentes y lujosos fuertes y palacios desperdigados por Rajasthan que parecen salidos de un cuento de princesas y sultanes.
Y por encima de todos los palacios, fuertes y mausoleos: el Taj Mahal.
La primera vez que lo vimos, nos quedamos sin aliento, una vision celestial, demasiado perfecto para ser realizado por el hombre. Cuantas veces se encuentra uno frente a lo sublime, algo que va mas alla de lo bello? A pesar de lo enorme e imponente de su figura, con su simetria y sus formas proporcionadas, su blanco y brillante marmol y su elegante cupula vulvosa, parece tremendamente liviano, como si necesitara estar sujeto por su enorme plataforma y con una torre en cada esquina para impedir que flotara y se perdiera entre los cielos. El Taj Mahal es una de las siete maravillas de la humanidad, un canto al amor perdido y la belleza, uno de los lugares mas bonitos que hemos visto y sin duda un imprescindible si se visita el pais.
Ademas al ser de los pocos turista que habia aquel dia, despertamos la curiosidad de muchos locales y despues de que un grupo de mujeres nos pidiera hacerse unas fotos con nosotros, fue un no parar de gente que se nos acercaba a hablar y a hacerse fotos, nos sentimos un poco monos de feria, pero fue divertido y sirvio para que tuviesemos un mejor recuerdo si cabe de nuestro paso por esta joya de la arquitectura mogol.
Pronto mas sobre nuestras venturas y desventuras por estas tierras imcomprensibles, pero infinitamente fascinantes.