En Bangkok nos subimos a un autobús y 15 horas más tarde llegábamos a la provincia de Krabi, el destino que escogimos para darnos un pequeño respiro en nuestra ruta por estas hermosas tierras que tantas emociones nos han brindado durante estos 2 meses y medio. Unos dias de descanso entre playas de arena blanca y aguas cristalinas de color esmeralda, unos paisajes que todo y no mitigar la tristeza de pasar estas fiestas lejos de amigos y familia, sí han servido para olvidar el peso de la mochila y cómo no, para coger algo de color.
Pasamos los días de sol a sol tumbados en la playa o meciéndonos en la hamaca a la sombra de una palmera, donde la mayor preocupación a sido si pedir un zumo de piña o bien uno de mango. Calor, un sol abrasador y algunas de las playas más bonitas del mundo para pasar unas poco usuales navidades que aún estamos disfrutando hasta que llegue este nuevo año que se avecina.
Krabi tiene más de 150 islas desperdigadas por el Mar de Andamán, algunas merecen la pena más que otras, aquí os mostramos algunas como la Chicken Island o la Isla de Poda que en nuestra opinión es una de las más bellas con la enorme montaña sobresaliendo de entre las aguas justo delante de sus orillas.
Ao Nang es un pequeño pueblo con una arquitectura de aire occidental que parece atraer a muchos viajes organizados y familias, además puedes encontrar cantidad de restaurantes, desde Mcdonalds a Starbucks y montones de tiendas. Aún y así no hay que descartarla puesto que cuanto más te alejas del pueblo, más tranquilas y bonitas son las playas, además puede cruzarse caminando o nadando, dependiendo de la marea, hacia un par de islas de aguas cristalinas que sin duda valen la pena. Nosotros pasamos los primeros días en unos bungalow muy tranquilos a 100 metros de la playa y dirigidos por unas chicas musulmanas de los más simpáticas.
Pero si hay algo que nos cautivó de Ao Nang es cuando la marea baja y el sol se pone, unos atardeceres que se reflejan hasta el infinito en el manto cristalino que cubre el ancho y largo de la playa, donde uno se pregunta qué es lo real y qué el reflejo, sobre si esta caminando sobre las aguas o si bien es el cielo lo que se mece bajo sus pies, mil tonos cambiantes de rojos, amarillos y violáceos se extienden en todas direcciones hasta fundirse en el horizonte.
En Ao Nang también nos encontramos con algunos chaparrones pasajeros que solo sirvieron para embellecer sus atardeceres, o si no juzgar por vosotros mismos.
Madre mía, madre mía, madre mía!!!!!!!!! Sin palabras.... Precioso de verdad, aprovecharlo y disfrutar muchooooooooo!!!!!!!!!!! Besos
ResponderEliminarMe gustaría hacer un kit-kat y ir a pasar unos días allí con vosotros!!! Disfrutarlo muuuuuuuuuucho!!!
ResponderEliminarImma
hola Marta, somos Miguel y Pili, de Madrid, los primos de tu madre, hemos estado hablando esta mañana con ella y nos ha estado contando vuestra aventura asi que aqui hemos entrado a verlo un ratito y la verdad es que tiene pinta de ser todo precioso, las fotos muy bonitas y bueno, parece que lo llevais bastante bien, asi que nada, simplemente saludaros y mandaros muchos besos desde vuestra familia de Madrid.
ResponderEliminarPasarlo muy bien, besos nuestros y de las primas.