Luang Prabang

*Bueno por fin actualizamos! preparaos para recibir unas cuantas entradas de Laos en plan bombardeo antes de que nos vayamos a otro sitio sin internet!

Cuando uno llega a Laos una de las cosas que más llama la atención es la cantidad de banderas comunistas que hay por todas partes, no vaya a ser que se crea que sigue en Tailandia, con su modernidad, liberalismo y escasa moralidad, sin embargo en Luang Prabang difícilmente se percibe algún atisbo del comunismo que puede encontrarse por ejemplo en algunos lugares de la China más rancia con su edificios grises, funcionales y serios, Luang Prabang es el lugar más cosmopolita y elitista que hemos encontrado hasta ahora en Asia. Toda la ciudad antigua es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y al principio uno se pregunta si esta recorriendo las páginas de alguna revista de decoración. En realidad la primera sensación que tuvimos es que no era realmente una ciudad, siendo sinceros es más bien un pueblecito, pero sobretodo es porque uno no tiene la sensación de que sea una ciudad real, más bien parece un escaparate para turistas y es que no hay nada más a parte de hoteles, restaurantes, boutiques, cibercafés y agencias de viajes. Eso sí, todo en un estilo francés con toques de la cultura lao tradicional y dentro de un ambiente de lo más moderno y chic que acabó por seducir hasta al más escéptico.

Al llegar tuvimos muchos problemas para encontrar un sitio donde dormir sin arruinarnos, todo nos pillo un poco de improviso, nosotros esperábamos que Laos fuera mucho más barato que Tailandía y nos encontramos con muchos sitios con precios de Europa. Al segundo día tuvimos la suerte de encontrar una habitación preciosa en una casa de teca con vistas al Wat Chom Si (la estupa dorada en la cima de una montaña del centro de la ciudad) y que hizo que nos quedáramos algunos días más de los que habíamos planeado en un principio.

Una vez le cogimos el tono a la ciudad nos acabo gustando y mucho, la verdad es que Luang Prabang es un sitio muy tranquilo y con mucho encanto, donde lo bonito es pasear y perderse por sus calles y sus templos budistas, así como recorrer las orillas de los dos ríos que al atardecer son preciosos, especialmente el Nam Khan donde puedes ver a las mujeres lavándose en el río totalmente vestidas o a los niños jugando a ver quien resiste durante más tiempo la corriente. Además cuando uno abandona la zona antigua, descubre la verdadera ciudad, que aunque no tan bonita es donde residen y hacen vida los lao, con sus colegios, locales y muchos más templos y es donde uno puede ver realmente como es la vida al margen del turismo.

Luang Prabang es también el centro espiritual de Laos y tiene una enorme comunidad de monjes, lo que le da un ambiente muy singular, es corriente cruzarse con ellos a lo largo del día o incluso que te paren para preguntarte algo o conversar. Una de las imágenes más curiosas es ver cómo a primera hora de la mañana recorren la ciudad en procesión para recoger el arroz que la gente da como limosna.

Pero si hay algo por lo que Luang Prabang destaca, más allá de su arquitectura francesa y su exquisita decoración, es su comida: comida tailandesa, lao, francesa, italiana, india,... todo lo que quieras y buenísimo si ya decimos que de adelgazar en este viaje nada de nada, más bien todo lo contrario!

(En general en todo los templos del sudeste asiático hay que respetar una cierta etiqueta que implica llevar los hombros cubiertos y no llevar pantalón corto o mini faldas, también hay que descalzarse para entrar a los edificios. Breve inciso para aclara el porqué de la pashmina cubriendo las piernas de Marta, no se vayan ustedes a pensar que viste así por la calle... jaja)