Se trata de la otra cara del Japón tradicional, no es el estilo refinado y aristocrático de la antigua Kioto sino el del Japón rural, el de los humildes pueblos de montaña, situados en zonas remotas que antiguamente quedaban aisladas durante los meses más fríos del año.
Estas casa son características de esta región y se conocen como gassho-zukuri que significa algo así como "construcciones en forma de manos en oración". Sus gruesos tejados de paja son capaces de mantener el interior aislado de la lluvia y el frío y debido a su inclinación pueden soportar el peso de la nieve durante los duros inviernos. En el interior suele haber grandes salas comunes con un brasero en el centro de la planta baja que sirve tanto para cocinar como para mantener la casa caliente.
Shirakawa-go esta dividido en dos partes, por un lado se encuentra Ogimachi la aldea donde vive y trabaja la gente, principalmente en el cultivo de moreras, gusanos de seda y los campos de arroz, pero también hay restaurantes, tiendas de artesanía y algunas casas abiertas a alojar huéspedes. Solo quedan un centenar de edificios de estilo gassho pero algunos de ellos tienen hasta 300 años de antigüedad y se siguen utilizando como el primer día.
Por otra parte se encuentra el museo al aire libre, que es como otro pueblo pequeño, situado al otro lado del río pero en el que no vive nadie, además hay que pagar 500 yenes de entrada para visitarlo (unos 4€). Estos son viejas construcciones trasladados desde otras zonas de la región para su conservación. Podría sonar muy artificial pero tanto los edificios como el entorno se reconstruyeron al detalle y todas ellas están abiertas para poder ver los interiores. Algunos son molinos, otros residencias, almacenes, etc a mi me pareció bonito y la entrada vale la pena.
Si viajáis a Takayama, es una visita obligada que puede hacerse perfectamente en medio día o combinándola con alguna otra excursión, también hay la opción de ir desde Kanazawa, visitar Shirakawa-go dejando la maleta en las taquillas de la estación de autobús y después seguir rumbo a Takayama como hice yo.
Todo y ser uno de los pueblos más bonitos de Japón y formar parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO, suele quedar fuera del radar de la mayoría de turistas extranjeros. Yo lo recomiendo totalmente y es de esos sitios que son preciosos en cualquier época del año y sino mirad alguna foto de Shirakawa-go cubierto de nieve, con todas las luces de noche, parece el decorado de cuento.
Con este paisaje tan bucólico no he podido resistirme ha jugar un poco con las fotografías dándoles este aspecto más clásico y nostálgico. Normalmente no soy muy partidario de este tipo de efectos en fotos digitales, suelo preferir directamente la fotografía analógica, pero en este caso me ha apetecido hacer algo un poco diferente. ¿Que os parecen?
Desde que empecé a leer la entrada veía un estilo completamente distinto en las fotografías y ya al final me lo has confirmado. Me ha recordado al tipo de imagen que tenían las películas antiguas. Muy chulo.
ResponderEliminarUn saludo.