Os dejo algunas fotos de mi viaje a Viena del pasado Agosto.
Viena me pareció un ciudad bonita, agradable y fácil de viajar. Tiene una arquitectura y un ambiente muy aristocrático, incluso más de lo que esperaba, pero también se nota que es una ciudad joven y con una escena alternativa que empieza a asomar en cuando uno se aleja un poco del centro y de las zonas más turísticas. Museos, cafés, parques, bonitas plazas en las que apetece sentarse a pasar la tarde y palacios, muchos palacios.
-La biblioteca nacional es una maravilla, aunque no seáis unos apasionados de las bibliotecas o los libros vale la pena entrar, os sentiréis como si estuvierais en un decorado de Harry Potter.
-El mirador de la catedral de San Esteban. Las escaleras de caracol parecen interminables, pero vale la pena las ascensión ya que las vistas panorámicas de la ciudad son espectaculares. ¡En verano llevad una botella de agua con vosotros!
-La Tarta Sacher del Hotel Sacher. Podría haber incluido el Schniztel del restaurante Figlmüller que me encantó, pero es que la tarta de chocolate del Hotel Satcher es de otro mundo, yo no suelo ser de chocolate pero esta era impresionante.
-Museo de Bellas Artes y el Leopold Museum. Una visita imprescindible si os gusta el arte ya que hay piezas egipcias, griegas y romanas, pinturas de Velazquez, Veronese, Rembrandt, etc. Me gustan mucho Schiele y Klimt así que poder ver sus obras en persona fue una de las mejores experiencias del viaje.
¿Habéis visto algo diferente en las fotos de esta entrada? soy un amante de la fotografía analógica pero hasta ahora nunca había conseguido irme de viaje dejando en casa la cámara digital. Esta vez, siendo un lugar cercano, un viaje corto y por aquello de disfrutar un poco más de las vacaciones sin estar tan pendiente de hacer fotos, decidí llevarme únicamente la cámara de película.
¿Que os parece el resultado? ¿notáis la diferencia?
¿Que os parece el resultado? ¿notáis la diferencia?
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