Yo no soy muy de probar comidas exóticas cuando estoy de viaje, cosas como corazón de serpiente, sesos de mono, gusanos o carne de perro no me atraen especialmente, pero sí soy de los que cree que hay que estar abierto a nuevos sabores y a base de viajar uno siempre acaba probando platos nuevos, muchas veces incluso sin saber lo que llevan.
Aquí os dejo cinco ejemplos de comidas con un toque un poco diferente:
Aquí os dejo cinco ejemplos de comidas con un toque un poco diferente:
1- Gyutan lengua de vaca, Tokio, Japón: Seguramente el menos exótico ya que en España también se come, pero en este casco está cocinada a la parrilla y con diversos platos de acompañamiento. Me encantó, la carne estaba deliciosa.
2- Sopa de huesos de buey, algún lugar en el sur de China. El aspecto de los huesos flotando en una sopa con maiz y cilantro era descorazonador, los guantes de plástico y las pajitas para absorber el tuétano no despertaban mi apetito, pero oye, fue probarlo y no estaba nada mal, la carne muy tierna y con el saborcito de la sopa.
3- Hamburguesa de carne de Yak, Lhasa, Tíbet. A veces apetece algo de junk food, pero en este caso se trataba de carne de yak, esas especie de vacas de pelo largo y grandes cuernos que viven en el Himalaya. Bastante rica.
4- Estofado de camello, Yazd, Irán. El nombre lo dice todo, estofado de carne de camello con patatas, acompañado de pan y una sopa de pollo. Muy bueno, perfecto para recobrar fuerzas después de un largo día de viaje.
5- Brocheta de escorpión frito, Pekín, China: Esto si fue únicamente por curiosidad y no mentiré diciendo que estaba bueno, pero malo tampoco estaba, sabía simplemente a cualquier cosa frita, pero con la diferencia de que se te quedaban patitas de escorpión entre los dientes!
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