Pérgamo

Mi primera parada tras abandonar Estambul fue Bergama para visitar la antigua ciudad griega de Pérgamo. 

Las ruinas de la Acrópolis eran mucho más impresionantes de lo que esperaba, sobretodo me impactó el enorme teatro que se extiende a lo largo de la ladera de la montaña y que tenía un aforo de hasta 10.000 espectadores. Las vistas desde las gradas daban vértigo!

Alejado de la acrópolis se encuentra el Asclepión, un antiguo centro curativo en el que se hacían tratamientos contra todo tipo de enfermedades mediante la interpretación de sueños, el ejercicio físico, los baños y otras terapias de relajación. También había un teatro en el que se representaban obras así como peleas de gladiadores. El centro llegó a su esplendor bajo la supervisión de Galeno, el que fuera el médico más famoso del Imperio Romano y doctor personal de Marco Aurelio. Se dice que la mismísima Cleopatra fue tratada en el Asclepión de Pérgamo.

En la misma zona se encuentra también la Basílica Roja. Un enorme templo del s.II dedicado a los dioses egipcios Isis y Serapis que se reconvirtió en iglesia cristiana durante la época bizantina y que actualmente acoge a una pequeña mezquita. Ésta es una de las siete iglesias mencionadas en la biblia en el libro de Revelaciones (Apocalipsis 2:12): "Escribe esto al ángel de la Iglesia de Pérgamo: Así habla el que tiene la espada aguda de doble filo"

Pero a parte de los lugares históricos me encantó pasear por las calles de la ciudad antigua. Un lugar que parece sacado de una época pasada, con casas de colores y donde parece que los hombres pasa las horas en la calle tomando un té y jugando al dominó mientras los niños se divierten correteando por las calles adoquinadas y las mujeres ataviadas con sus pañuelos parecen no parar ni un momento con los quehaceres del hogar.