Eran las 3 de la mañana y no conseguía conciliar el sueño, no estaba nervioso pero sí inquieto, una sensación de vertigo ante lo desconocido que es difícil de asimilar. Me preguntaba qué estaba haciendo allí, busqué consuelo en el exterior, pero tras la ventanilla tan solo había oscuridad, ningún pista de donde nos encontrábamos. Me recosté en el asiento del avión y cerré los ojos con la intención de dormir algo, pero en mi mente se repetía la misma pregunta: ¿por qué estoy viajando a Irán? No tenía respuesta, ni yo mismo lo sabía.
12.21.2014
Viaje a Irán 1a parte
Eran las 3 de la mañana y no conseguía conciliar el sueño, no estaba nervioso pero sí inquieto, una sensación de vertigo ante lo desconocido que es difícil de asimilar. Me preguntaba qué estaba haciendo allí, busqué consuelo en el exterior, pero tras la ventanilla tan solo había oscuridad, ningún pista de donde nos encontrábamos. Me recosté en el asiento del avión y cerré los ojos con la intención de dormir algo, pero en mi mente se repetía la misma pregunta: ¿por qué estoy viajando a Irán? No tenía respuesta, ni yo mismo lo sabía.
12.17.2014
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