Legazpi, el Monte Mayón y los batidos de chili

Legazpi es una pequeña y tranquila ciudad costera a los pies del imponente volcán Mayón.

El ambiente es muy relajado y nada tiene que ver con el caos de Manila, aquí se puede pasear y es fácil llegar a cualquier sitio con los baratos y cómodos jeepneys o rickshaws.

En Albay (a unos 8 km de Legazpi) se encuentran las ruinas de Cagsawa, una antigua iglesia franciscana del s. XVI que en 1814 quedó sepultada por una violenta erupción volcánica que acabó con la vida de las 1200 personas que se habían refugiado en su interior. Hoy en día es uno de los principales reclamos turísticos de la zona y los filipinos disfrutan haciéndose fotos al más puro estilo torre de Pisa.

También es uno de los lugares con mejores vistas del Monte Mayón pero recomiendan ir pronto por la mañana ya que a lo largo del día las nubes suelen cubrir la cima.

Yo llegué a media mañana y efectivamente el volcán estaba parcialmente cubierto por una nube, así que decidí ir a tomar algo con la esperanza de que desapareciera en un rato.

Encontré un puesto de zumos y batidos llamado Sili Shake, me acerqué y pedí un batido de mango. El hombre tomó nota y empezó a prepararlo cuando alguien dijo en inglés: "¡pídelo con Chili!" y soltó una carcajada. Contesté que mejor el normal y mientras me lo preparaba me acerqué a ver de donde venía aquella voz. Al asomarme al otro lado del puesto de batidos me encontré con una escena que parecía salida de una película, aunque el contexto no cuadraba. Había un personaje de unos veintilargos años, occidental, con pelo oscuro, perilla y vestido con una camisa hawaiana roja abierta hasta el ombligo, sentado en un taburete y recostado sobre la barra como si de un borracho en un bar se tratara, pero ni estaba borracho ni era un bar. En ese momento el hombre visiblemente cansado de que le diera la tabarra, le dijo que llevaba ya dos horas allí sentado, que porqué no iba a ver el volcán o Legazpi, a lo que el chico decidido a no levantar el culo del asiento, siguió picoteando algo de una bolsa de plástico y contestó que a él no le interesaba el turismo sino hablar con la gente. Al poco me involucraron en la conversación así que me senté a su lado.

Por lo visto aquel era un puesto de batidos muy conocido que había salido en la TV filipina, famoso principalmente por hacer zumos con chili. Mientras bebía el que ha sido seguramente el mejor batido de mango que he probado nunca, Cesar nos explicaba que cada día iba a comprar fruta fresca a las 5 de la mañana y trabajaba todos los días desde las 6:00 hasta las 19:00. Suelen ir autobuses de turistas a ver el volcán al amanecer y él está allí para venderles zumos. Abría día sí y día también, llevaba años sin tener un solo día de vacaciones pero por lo que nos comentaba le encantaba su trabajo. Había estudiado hostelería y acabó como encargado de cócteles de un hotel de lujo de Manila hasta que lo dejó y montó su propio puesto de zumos. Mientras iba preparando batidos para los turistas seguía contándonos historias y empezó a darnos a probar un vasito de cada batido que le pedían. Más tarde nos sacó una bolsa de boniato frito y nos preparó montones de batidos diferentes, probamos los de frutas con chili y otras creaciones propias fuera de la carta, incluido su preferido de pepino con lima así como algunos cocteles con alcohol. A cuál mejor! todos estaban deliciosos.

En cuanto al chico, era un francés que llevaba dos meses de viaje, había estado en Rusia, China y después en Corea del Norte. Le gustaba mucho alardear y era un poco pelma pero pasamos un buen rato hablando.

Cuando me di cuenta habían pasado casi dos horas y yo estaba que reventaba no podía comer ni beber más. Así que me levanté y el chico francés aprovechó para decir que la nube ya no estaba y que se iba corriendo a hacer fotos al volcán. Básicamente se escabulló de la forma más ruin sin pagar nada. Yo me quedé un rato más hablando e insistí a Cesar a que me dejara pagarle algo, me dijo que  45p era suficiente (el precio de un batido), cuando me había bebido unos diez! estuve insistiendo un rato hasta que al menos aceptó 100p (menos de 2€) y encima me regaló un par de llaveros de Chilis.

Si estáis en Cangsawa no perdáis la oportunidad de probar uno sus batidos, especialmente los de chili, no os arrepentiréis.

Aproveché para hacer fotos del volcán y dar alguna vuelta más por la zona, pero no vi al chico francés por ninguna parte. Desconozco si se marchó sin haber pagado nada después de estar cuatro horas allí sentado o si por el contrario volvió al cabo de un rato y pasó el resto del día allí hablando con Cesar hasta que cerrara. Ambas opciones me parecieron igualmente probables.

Daraga o también conocida como Our lady of the Gate Church es la iglesia barroca que construyeron en el s. XVIII y que sirvió para remplazar a la de Cagsawa. Más allá de la iglesia en si, vale la pena subir por las impresionantes vistas de Legazpi y la vista panorámica del volcán.

El monte Mayón con sus 2462m no es el volcán más alto del país pero sí es uno de los más activos con 49 erupciones en los últimos 400 años, siendo la última en 2013. 

El Mayón es conocido como el "cono perfecto" siendo el volcán más simétrico del mundo. Todos los  volcanes impresionan, es más, reconozco que empiezo a tener cierta fijación por ellos habiendo visitado alrededor de una decena en los últimos años, pero el Monte Mayón es uno de los más imponentes que he visitado, y viéndolo en persona no es de extrañar que lo llamaran "Daragan Magayon" la hermosa dama.

De vuelta en Legazpi visité la zona de Embarcadero y subí a la Sleeping Lion hill para echar un último vistazo al volcán Mayón antes de que se hiciera oscuro y los mosquitos me devoraran. 

Volviendo hacía el centro los aromas de una barbacoa me arrastraron hacia una zona con puestos de comida callejera donde aproveché para cenar unos pinchos de pollo y probar otras delicias filipinas antes de volver al hotel.

Cuando empecé a planear mi viaje por Filipinas no sabía muy bien por donde empezar, con tantas islas, tanto que ver... sacrifiqué Cebu y la playa de Boracay por ir a Donsol y Legazpi, principalmente por los tiburones ballena, pero Legazpi me pareció un destino muy agradable y el Monte Mayón superó con mucho mis expectativas. La zona de Bicol es también famosa por los deportes de aventura, pueden hacerse rutas en quad alrededor del volcán, buceo, playa, se pueden visitar cuevas, cascadas, etc Así que si lo vuestro son los deportes de aventura no dudéis en hacer una parada por esta zona en vuestro viaje a Filipinas. 

En cuanto a mi, era momento de continuar la ruta. Tenía un larguísimo día de viaje por delante hasta llegar a Palawan y sus aguas cristalinas, pero todo y haberme despertado muy temprano, no puede dormir durante el vuelo estando pegado a la ventanilla del avión contemplando por última vez el colosal cono del volcán, que aún desde las alturas se resistía a parecer menos sobrecogedor.