10.27.2009

De la montaña sagrada a la China rural


IMG_0224, originalmente cargada por knet2d.

*Viernes 24/10/09

El plan era quedar las 8:00 de la mañana y salir cuanto antes del hotel, la realidad fue que quedamos a las 9:00 y salimos del hotel después de desayunar. En cuanto llegamos a la estación compramos los billetes para el día siguiente a Chengdu y luego buscamos un tour para el mismo día, no tardamos mucho en encontrarlo, pero la sorpresa fue que cuando llegó nuestro chófer, era Jack de nuevo!

Salimos a las 10:00 hacia Hua Shan, era tarde pero solo era un viaje de dos horas así que íbamos bien. Cual fue el problema? Llegar a la autopista y quedar atascados en la caravana más grande que hemos visto nunca, estuvimos 7 horas para hacer 60 km, hay que decir que el amigo Jack, con su nombre y vestimenta occidental, tampoco conducía como un chino. Usaba los intermitentes para cambiar de carril, cuando alguien le cortaba el paso le hacía luces, casi tuvimos que insistirle un par de veces para que circulara por el arcén e incluso dudó un instante cuando le sugerimos apartar unos conos para adelantar unos metros por una zona en obras.

Finalmente cuanto pudimos tomar una salida Jack decidió que iría por el camino secundario para llegar a las montañas y así saltarnos parte del atasco, pero el segundo problema fue que él nunca había ido por ese camino y no tenía ni idea de por donde iba. Total que empezamos a tomar caminos de cabras con una mini van de marca china del tamaño de un micro-machine y con ruedas de juguete, rodeados de arrozales y adentrándonos en la China más profunda. El sol ya estaba bajando en el cielo y con él nuestras esperanzas de poder ascender al Hua Shan, pero a cambio tuvimos la oportunidad de conocer la China más profunda y auténtica. Pasamos por pueblos donde todo el mundo estaba en la calle, desde los campesinos vendiendo con carros lo que habían recolectado en el campo, hasta la gente comiendo con mesas colectivas, los niños corriendo, los ancianos chafardeando sentados en las puertas de las casas,... pueblos muy humildes pero llenos de vida, con un tráfico más propio de la India que de China, con carros, bicis, motos y gente por todos lados. A penas podía avanzar el coche mientras la gente nos dirigía miradas extrañas, Jack no sabía por donde iba, no paraba de mirar a un lado y a otro y sujetaba el volante con más fuerza de lo normal, le caían gotas de sudor por la frente e iba soltando alguna risa nerviosa de vez en cuando. Cada vez que preguntaba le decían algo diferente y llegamos a cambiar de dirección unas cinco veces, parecía que la furgoneta se caería a pedazos con cada bache y nosotros pensábamos en quién vendría a buscarnos si quedáramos tirados en medio de la nada.

Finalmente dejamos atrás los pueblos y encontramos un cartel con dirección a las montañas pero el sol ya estaba muy bajo, cuando finalmente llegamos habían pasado más de 8 horas desde que partimos y todo y nuestra insistencia no pudimos subir, o mejor dicho, podíamos subir pero luego no podíamos bajar hasta el día siguiente, así que nos quedamos al pie de Hua Shan mirando a su cima y preguntándonos por qué esta vez los dioses no nos dejaron alcanzar la cima de una de sus montañas sagradas.

Lo mas divertido fue la vuelta, si conducir en China ya es un caos, hacerlo de noche es el siguiente nivel, las bicis y muchas motos no llevan luces, la gente por supuesto tampoco y lo mejor de todo, TODOS los coches van con las luces largas, por supuesto también cuando adelantan invadiendo tu carril, lo que muchas veces significaba encontrarnos de frente 2 camiones adelantando a un tercero en paralelo, acercándose a toda velocidad a nosotros y teniéndonos que apartar en el último momento hacia el arcén rezando para que el campesino de turno que circulaba por allí con su carro o su moto se apartara a tiempo. Pues esto cada minuto durante 3 horas de viaje, el pobre Jack acostumbrado a no salir de Xian ya no sabía donde meterse, se pasó todo el viaje en tercera sin cambiar de marcha, con una media de 100 km/h, parecía que el motor de la pobre furgo no iba a aguantar pero no quisimos estresarlo más mencionándoselo.
Por cierto, el atasco por lo visto fue monumental, a nuestra vuelta vimos que aún no se había disuelto y que tenía casi 100 km de largo, lo más impresionante fue ver que todos los coches y camiones habían renunciado a poder salir y habían apagado los motores y las luces, muchos ya estaban durmiendo esperando tener más suerte al día siguiente.

Cuando llegamos ya era tarde así que compramos algo de cenar por el camino y nos fuimos al hotel. Hasta este momento todo el viaje había ido sorprendentemente bien, tanto que ya esperábamos que llegara un día así. Nos dio rabia no poder subir a Hua Shan y sobretodo perder todo un día en el coche pero al menos tuvimos la oportunidad de conocer una parte de la China más profunda que no suele estar al alcance de los turistas.

A la mañana siguiente fuimos a ver las murallas de Xian y a pasear un rato antes de coger el tren nocturno de 16 horas hasta Chengdu, que es donde nos econtramos ahora. Ayer solo tuvimos tiempo de buscar un hostal y comer algo alrededor del hotel, así que ya estamos al día, a partir de ahora no más post antiguos.

1 comentario:

  1. Madre mía! Vaya odisea! Debisteís de quedar agotados, pero desde luego ha sido, como ya explicáis, una magnífica oportunidad de conocer la China alejada de los lugares más turísticos.Debió ser muy frustante no poder ascender al Hua Shan, pero vaya stress...
    Os echamos mucho de menos cuidaros..
    Tania

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