11.23.2009

Días y noches en Bangkok

Thai Buddha


Desde que comenzamos el viaje, teníamos ganas de llegar a Tailandia: con sus playas paradisíacas, su exquisita comida, sus innumerables templos y con la gente más amable del planeta, sin olvidar lo increíblemente barata que es la vida allí, era el destino perfecto.
Decidimos ir primero a China para así poder estar en el Tíbet antes de que fuera pleno invierno y las temperaturas fueran demasiado extremas. Pero cada vez que nos cruzábamos con un viajero, nos decía: "Tenéis que ir a Tailandia, allí si que es fácil viajar, la gente es mucho más amable y todo es baratísimo".

Así que una vez terminamos nuestra primera etapa de China, y tras una parada en Hong Kong, estábamos tan ansiosos que decidimos cancelar/posponer nuestra segunda etapa que debía habernos llevado durante otro mes hasta el este de China.

Tantas ganas teníamos de descubrir Tailandia que una vez pusimos los pies en Bangkok, todo parecía mejor, el cielo era más azul, todo era más bonito e incluso el pegajoso y sofocante calor era un alivio.

Desde el aeropuerto fuimos directos a la meca de los mochileros, Khao San Street, el sueño de cualquier viajero decían, su fama la precedía y por lo visto era el sitio a donde ir si vas a la ciudad, y parece que todo el mundo acaba pasando por Bangkok tarde o temprano.

Khao san


Khao san


Khao San es una calle alrededor de la que se encuentran la mayor parte de alojamientos, agencias de viajes, bares, restaurantes, oficinas de cambio de divisas y cibercafés para extranjeros, sí como mercados de ropa, puestos de dvd y cd piratas, puestos de zumos de fruta fresca, estudios de tatuajes, puestos de todo tipo de comidas: pizza, kebabs, pinchitos, rollitos de primavera, fideos, arroz,... incluso puestos para hacerte trenzas, rastas, extensiones o lo que te apetezca (por unos pocos euros tendrás a cuatro personas haciéndote rastas en un santiamén) o por si fuera poco incluso puedes comprar cualquier documento falsificado como carnets de conducir, de estudiante, prensa, etc.

Khao san


Khao san


Khao san

Después de más de un mes prácticamente aislados de la cultura occidental, poder tomar una pizza, poder hablar absolutamente con todo el mundo en inglés y tener todas las facilidades al alcance de la mano, sientan bien. Además en general los tailandeses son muy limpios (en comparación con los Chinos), ves gente fregando los suelos continuamente, los hoteles son limpios, incluso hemos llegado a ver dos personas trabajando permanentemente dentro de los lavabos públicos limpiando cualquier gota de agua que salpica los lavamanos. Además aquí todo y que el tráfico es horrible, la gente respeta las señales de tráfico, por ejemplo si el semáforo esta en rojo los coches se paran, incluso los motoristas llevan casco!


Los primeros días ciertamente nos encantaron, los templos de Wat Phra Kaew, el Buda reclinado, el Wat Arun, fueron una maravilla, con sus afilados tejados de colores, como recubiertos de piel de serpiente con los brillos del sol, con sus esbeltos y elegantes Budas y sobretodo con sus oros, esos dorados que te fascinan y te hechizan.

Pero cada vez que recorríamos Khao San el embrujo perdía algo de su efecto y lo que al principio veíamos como buen ambiente y comodidad, empezó a parecernos un turismo desmedido, como un parque temático del turista, donde puedes encontrar todo aquello que hay en tu país de origen, y más allá de un eventual capricho para saciar la nostalgia, que sentido hay? Y realmente es el sitio perfecto para ir con unos amigos, emborracharse, ir de fiesta y hacerse un tatuaje, pero nosotros perdimos el interés en estar en un lugar en el que no ves tailandeses más allá de los que trabajan para los extranjeros, donde a las 7 de la tarde esta lleno de occidentales borrachos dando gritos o sospechosamente acompañados de jovencitas tailandesas, donde escuchas continuamente susurros de "pingpong show, pingpong show", donde hay cada 2 metros un indio intentando venderte un traje a medida, no importa si estas cenando o es la 1 de la mañana y finalmente un lugar en el que nada es tan bueno como parece.

Khao san


Khao san


Khao san


Los tailandeses son la gente más amable del mundo, eso nos decían, pero lo son?

Nuestra experiencia nos dice que desconfíes y acertarás. Todas y cada una de las personas que se han acercado a nosotros sonriendo amablemente para ayudarnos o darnos consejo han resultado ser más tarde una mentira o una forma de timo y han acabado siendo demasiados cada día. Desde el chico simpático que te dice que el templo al que vas esta cerrado (mentira), hasta el hombre mayor que dice que vayas a tal o cual templo que hoy son gratis porque es una fiesta budista (mentira), hasta los pesados conductores de tuk-tuk que intentan por todos los medios llevarte a un Buda gigante, al que ¡casualidad! justamente te han dicho que vayas antes tres personas por la calle. Por si fuera poco luego están los taxistas que se niegan a poner el taxímetro y que te piden precios desorbitados, el hecho de que los turistas paguen mucho más que los tailandeses en cualquier cosa desde comida a entradas de templo y un largo etcétera.

Total que al final acabas ignorando a cualquier persona que te sonría y te salude, el problema?
Que pagan justos por pecadores (pero hay algún justo aquí?!). Bromas a parte, la ventaja de Bangkok es que todo y que no te dieras cuenta de que te estban engañando, todo y que acabes pagando un precio desorbitado, cosa que al final acaba pasando de una manera u otra, al cambio no es más que 1 o 2 €, con lo cual acabas dejando de lado la indignación y piensas que no es para tanto e incluso se te acaba escapando la sonrisa cuando los ves venir.

La sensación que nos queda no es ni mucho menos que los tailandeses no sean amables o educados, sino que esta determinada zona ha estado expuesta a un tipo muy determinado de turismo durante demasiado tiempo y sus habitantes se han adaptado para ganarse la vida. Por nuestra parte hemos pasado muy buenos momentos en Bangkok pero las expectativas eran muy altas, quizás tanto como la decepción posterior, pero estamos seguros de que la ciudad y sobretodo el resto del país tiene mucho más que ofrecer y estamos ansiosos por comprobarlo. Además si todo va como esta previsto (cosa que no suele suceder) deberíamos pasar por Bangkok al menos dos veces más, así que no nos quedemos con la primera impresión, quizás la segunda cita sea mejor.

Khao san

2 comentarios:

  1. La comida tiene una pinta tremenda, me encantaría estar ahí con vosotros para poder probarla!!!!!!!!!! Besitos.

    ResponderEliminar
  2. Mmmmm!!!!
    No sabes lo rica que esta!!!! Me estoy poniendo como una vaca!!! Jajajaja!!!
    Oye... pues veniros para aquí! Es muy barato!!! Nosotros estaríamos encantados!!
    Besos!!

    ResponderEliminar