Tras subir las escaleras mecánicas salí de la boca del metro y al alzar la cabeza no puede más que quedarme unos segundos paralizado, viendo los imponentes rascacielos de Singapur recortándose a lo lejos dejé escapar una sonrisa y es que en el fondo me encantan las grandes ciudades.
Sobre Singapur no sabía mucho más que su fama de ciudad de las multas, una ciudad con normas para todo y que ha conseguido civilizarse a golpe de castigo. Cruzar la calle por donde no hay paso de peatones, ir en bici por zonas peatonales, fumar en lugares públicos, llevar durians en el metro o incluso los chicles están prohibidos y castigados con cuantiosas multas. Se encuentran advertencias pegadas por todas partes con el coste de la multa, por ejemplo comer o beber en el metro 500$, fumar 1000$, llevar líquidos inflamables 5000$. Algunas son bastante graciosas como que te multen por no tirar de la cadena, por piropear a las mujeres o por hacerte pasar por una estrella de Hollywood. Pero ahí no queda la cosa, Singapur practica el castigo físico mediante azotes con vara, eso sí solo para varones mayores de edad y menores de 50 años y por supuesto existe la pena de muerte que puede aplicarse por consumir drogas o por poseer solo 500 g de marihuana o 30 g de cocaína.
Con tal presentación no tenía muchas expectativas, es más, me daba un poco de miedo hacer algo sin darme cuentas y que me pusieran una multa. Pero como suele pasar, los lugares son muy distintos a como nos los pintan y para mi Singapur es un lugar alucinante.
Sinceramente esperaba encontrarme una ciudad fría y sin personalidad, asfixiada por las normas, pero me he encontrado con que tiene mucha vida, mucho carácter y una diversidad cultural impresionante. Y es que la isla de Singapur esta situada en un enclave privilegiado para el comercio, igual que Georgetown o la zona de Melaca (de la que os hablaré más adelante) es una encrucijada entre la cultura malaya, la china, la india y la europea, resultando en una mezcla étnica y cultural muy rica que se ha convertido en el orgullo de la nación.
En tan solo cuatro días he visto gente fumando fuera de las zonas delimitadas, cruzando fuera de los pasos de peatón o en rojo e incluso he llegado a ver basura por el suelo, quien lo diría! así que realmente no tienes la sensación de que la gente viva con miedo o preocupada por estar en una especie de gran hermano en el que hay alguien vigilando y esperando para ponerte una multa, pero lo que sí es innegable es que el nivel de criminalidad es bajísimo y que es una de las ciudades más limpias del mundo. A decir verdad el único problema de viajar a Singapur es que es una ciudad cara, al menos en comparación con el resto de ciudades del sudeste asiático, para que os hagáis una idea, si por una habitación individual con baño suelo pagar entre 5 y 10€ en cualquier otro país, en Singapore costaba 50€, la única alternativa son los dormitorios con literas en las que duermes con otra gente, pero no os penséis que bajan de los 20€. De todas formas la comida puede ser muy barata y el centro puede recorrerse fácilmente a pie y el metro es eficiente, rápido y barato.
Más que una ciudad para ver quizás sea más una ciudad para quedarse, para vivir, para probar restaurantes, ir de bares, de compras, hacer deporte, pasear por la bahía, incluso para trabajar o estudiar parece un lugar lleno de oportunidades, aún y así si estáis buscando donde pasar vuestras próximas vacaciones os lo recomiendo totalmente. Una ciudad preciosa, que vive en el mañana, con una arquitectura fascinante, una oferta de tiendas y ocio envidiable y con un muy buen ambiente. Exposiciones de arte de primera, conciertos gratuitos y actuaciones en la calle, multitud de templos budistas, taoístas, hinduistas, mezquitas, iglesias, chinatown, little india, el barrio malayo (barrio árabe), ... por no hablar de los parques temáticos, el famoso zoo y las zonas de selva salvaje por las que hacer senderismo. Además no tendréis ningún problema ya que aunque se habla chino, tamil y oras lenguas, el inglés es el primer idioma y todo el mundo lo habla. Todo y que más que inglés hablan Singlish como ellos lo llaman, que es inglés con un acento muy peculiar y con algunas palabras únicas como el famosísimo Lah que no paran de utilizar.
Pero lo que más destacaría de Singapur es su oferta gastronómica, creo poder afirmar sin riesgo a equivocarme que es el mejor sitio para comer de toda Asia. No lo digo porque tenga una cocina única y mejor que el resto, sino porque realmente puedes encontrar comida de primer nivel de cualquiera de los países de alrededor: cocina japonesa, tailandesa, koreana, malaya, vietnamita, indonesia, india y desde luego china.
La ciudad y el ambiente de por si ya me encantaron, pero además tuve la suerte de conocer unos locales que me trataron genial, que me aconsejaron sitios fuera de la ruta turística y que me llevaron a probar platos que no habría probado por mi mismo como el pez raya, la tortilla de ostras o los pastelitos de durian e hicieron que mi visita a la ciudad fuera aún más memorable si cabe.
Thanks a lot guys! see you in Barcelona lah :-P
Thanks a lot guys! see you in Barcelona lah :-P
Oh qué pasada de arquitectura!!! Y qué cantidad de contrastes! Parece un lugar muy interesante de visitar!!!
ResponderEliminarMe encanta el juego que hacen con los reflejos de los cristales o del agua y la arquitectura contemporánea. Es increíble. Y todo el colorido de los templos y las calles...!
Tal y como lo describes, da muchas ganas de ir a visitarlo!!!
Un besito, Kenny!! <3
Chelsea.